Cicatriz es una novela en la que es necesario dejarse llevar para disfrutarla en su totalidad. Es una novela en la que hay que sentir la atmósfera, respirar el aire que respiran sus personajes y sólo así podremos disfrutarla y comprenderla. Leyendo otras reseñas, algunas apuntan que sus personajes son clichés o están estereotipados, y nada más lejos de la realidad. Si al leer Cicatriz tienes esa sensación, te invito a leerla de nuevo, ya que estás quedándote en la superficie. No es el qué se cuenta, que también, sino el cómo. Debajo del arquetipo del personaje de Simon (informático inadaptado socialmente), se esconden, entre otras cosas, un pasado oscuro, una infancia difícil y un afán desmedido por proteger a su hermano. El personaje de Irina, potente y frío como un témpano, al que veremos dudar en más de una ocasión y cómo el pasado la atormenta y al mismo tiempo es lo que le impulsa a continuar. Ese trabajo en el desarrollo de sus personajes es lo realmente reseñable. El valor más en alza de esta novela es el trasfondo que tienen todos y cada uno de sus personajes: desde el dúo protagonista hasta el personaje más secundario. Todo ello junto con un buen manejo del ritmo y una gran maestría técnica hacen de la novela una experiencia por la que merece la pena vivir.
Muy recomendable. Es el segundo libro que leo del autor, que ya me ha ganado por completo. Después de haber leído El paciente, y ahora Cicatriz, tengo muchísimas ganas de abordar la trilogía de la Reina roja.
Si te gusta el thriller, en Cicatriz encontrarás una gran aportación.
hace 3 años
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