Audie Palmer ha pasado los últimos diez años en prisión, acusado de un robo a mano armada, en el que murieron cuatro personas, incluyendo a dos de los asaltantes. Desaparecieron siete millones de dólares, que nadie ha recuperado aún. El día antes de cumplir su condena, Audie se fuga de la cárcel. Con esta interesante premisa da comienzo Vivo o muerto, del autor australiano Michael Robotham. Un comienzo así, leído en la contraportada, hace que cualquiera se plantee las preguntas que los diversos personajes que buscan a Audie Palmer se hacen: ¿por qué se ha fugado faltando un día de condena? ¿Qué fue del dinero? ¿Es, realmente, Audie Palmer culpable? Desde el momento de su fuga da inicio un juego del gato y el ratón, en el que, a medida que la huida del protagonista va avanzando, vamos descubriendo, en forma de flashbacks introducidos por el autor, el pasado de Audie y su relación amorosa con la novia de un gángster para el que trabaja, que marcará inevitablemente su destino. Nos encontramos ante una novela en la que su autor ha decidido ir directamente al grano. La historia, como he dicho, arranca rápido, sin mucho preámbulo. Ese es, precisamente, uno de los puntos fuertes de la novela, que te engancha desde las primeras páginas. Es una novela “en la que siempre pasan cosas” y en la que, a pesar de alguna descripción demasiado larga, nada podrá sacar al lector de la acción. Mención especial merece la construcción de los personajes. Todos tienen sus luces y sus sombras, algunos de sus actos son moralmente cuestionables y distan mucho de ser perfectos. Es, a mi juicio, uno de los aciertos de Robotham. El huir de los arquetípicos “buenos y malos” acerca al lector a una realidad más plausible, en la que los seres humanos tenemos muchas aristas, muchos matices y capas, evitando recrear una bondad y una maldad puras que no existen en la vida cotidiana. Nos encontramos enfrentados así a personajes muy bien elaborados, cuyos actos no quedan huérfanos de una explicación, cuyos motivos entendemos, aunque no tengamos que compartirlos. Así pues Vivo o muerto es una de esas novelas trepidantes que se leen con facilidad, ya que lo importante no es la forma, sino la historia que cuenta. Un lenguaje sencillo, obstaculizado solo por alguna descripción tediosa, hace que el lector avance con rapidez por sus páginas, hasta llegar al grand finale, que no dejará indiferente a nadie, por su sencillez y, a la vez, lo retorcido del mismo. Una novela que recomiendo para cualquiera que disfrute con el suspense, el mundo del crimen y la acción. (Aitor Heras, 7 de junio de 2018)
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