Hay personas mágicas. Lo sabéis, ¿verdad? Llegan a tu vida de maneras muy diferentes. Gente que conoces por casualidad y se convierte en parte esencial de tu vida o también escritores que a través de sus libros te sumergen en un mundo maravilloso en el que todo es posible. Antonia J Corrales es una de esas personas mágicas. Sus libros siempre llegan a mi vida en momentos especiales y éste último no ha sido una excepción. Una bruja sin escoba es una novela llena de magia que te transporta a otra realidad. Una en la que no solemos creer más allá de portar un amuleto cuando parece que la vida nos aleja de la segunda estrella a la derecha. Diana es una mujer que vive atormentada por no conocer su pasado. Algo que no le impide disfrutar de volar en su ala delta o de los pequeños placeres de la vida, como tomar un café con su mejor amiga. De un día para otro debería empezar una nueva vida y abrir una puerta que cerró a los doce años, aunque no del todo. Lo hará con la ayuda de sus nuevas vecinos; personas un tanto peculiares que le devolverán la felicidad perdida. Si en los libros anteriores la magia fluía en cada página, en éste, te envuelve por completo desde la primera palabra, haciéndote cuestionar que esas “cosas de duendes” que pasan de vez en cuando son meras casualidades. Una novela repleta de ternura, de amistad y amor en la que Diana y el resto de los personajes invitan a aceptar la vida como viene y a dejar que su esencia fluya. A veces los cambios, son para mejor, aunque no lo parezca en un principio. Si durante la lectura escucháis un aleteo, no os asustéis. Antonia ha abierto las puertas del mundo feérico y las hadas han de comprobar que realmente nos hemos ganado nuestra escoba si durante la lectura hemos aprendido a mirar el mundo con otros ojos.