Premio Nacional de Ensayo 2010. Un final para Nora está basado en una anécdota que tiene que ver con la tradición ahasvérica del judío errante, y Lertxundi ha encontrado el motor en una vieja leyenda vasca: un padre mata a sus hijas recién nacidas porque sólo desea varones que le ayuden en su trabajo. Su mujer sólo le da hijas. Cuando se dispone a matar a la última, un vendaval le trae la condena. Desde entonces vaga en calesa por el mundo, siempre acompañado de su hija, condenado a no morir jamás.