Premio Nacional de Ensayo 2010. Han pasado ya cuarenta años desde que Anjel Lertxundi publicara su primer libro. En el presente ensayo fragmentario, su mirada y su memoria se pasean por esa larga trayectoria literaria, y el viaje, como quería Kavafis, resulta fructífero. En breves textos concebidos como las teselas de un mosaico, el autor da forma a un balance general de su oficio de vivir, íntimamente vinculado al de escribir. Reflexiones, glosas y recuerdos infantiles y de la edad adulta conviven en estas páginas, y en apacible armonía, con citas extraídas de la más íntima biblioteca del autor.