Sería difícil elegir sólo uno entre los once relatos que se recopilan en este libro, porque son buenos, muy buenos. Historias cotidianas que dejan al lector cierta sensación de melancolía. Zarraluki retrata personajes realistas, algunos tienen secretos inconfesables, otros hablan de conflictos, de soledad, otros tan solo buscan un motivo para seguir viviendo; pero no son personajes desesperados, al contrario, todos parecen encontrar algo que da un pequeño (o gran) giro a sus vidas.
Todo ello narrado con una prosa elegante e impecable. Y como da a entender el autor en los breves comentarios al final del libro, estos mundos personales en los que nos sumergimos al pasar las páginas surgen de experiencias propias o de gente que conoce.
Una lectura imprescindible para los que gustan del relato corto. (Esther Rodríguez, 17 de noviembre de 2014)