Los cuentos de Sombras suponen un crisol de todas las corrientes intelectuales que sacuden el mundo en los últimos años del siglo XIX y comienzos del XX. Ángeles Vicente aborda los límites del conocimiento poblando sus relatos de fenómenos psíquicos, procesos mentales, en fin, que la ciencia de la época aún no aclara y por lo tanto desprecia; pero también, en su condición de mujer progresista, es fácil reconocer temas y situaciones no exentos de crítica social. El hábil manejo de la intriga, la presencia de lo sobrenatural y las vívidas recreaciones de los estados patológicos de la mente, colocan a la autora en la elite de los narradores del género fantástico y en una cuentista imprescindible.