El libro es un mimo al alma. Un libro para gente avanzada espiritualmente. Para esa gente es un 10.

Obra breve pero cautivadora que te sumerge por completo en el mundo del protagonista. A medida que acompañas a Siddhartha en su búsqueda de significado y satisfacción, te encuentras reflexionando sobre tus propias inquietudes y placeres (como buen lector egocéntrico). Aunque algunos podrían interpretarlo como un libro de autoayuda, su enfoque cultural e histórico añade una capa de profundidad que lo convierte en una lectura enriquecedora y reveladora.

No me siento apto para criticar este libro. Mi opinión personal es que me ha resultado perfecto, en todo.

Lo puso como tarea mi profesora de religión en noveno grado y fue mi primera lectura de Hesse. Recuerdo que ella hizo énfasis en la metáfora de la vida como río, entonces aún tengo presente eso, pero también me llamó la atención el que él abandonara su camino espiritual por amor y luego abandonara a su familia para retornar al camino, como si no pudiera desapegarse de aquello que no había obtenido, como si tuvieras que construir apegos para poder construir luego el camino del desapego, y como si la posibilidad de seguir el propio camino sólo se sostuviera a veces en el poder de amar y dejar ir de los otros. Igual en su momento me pareció bonito y profundo y me llevó a leer mucho más sobre budismo y literatura.

Para su época es muy innovador, cuando lo leí en la facultad me impactó, lo he vuelto a releer y a día de hoy ya no me parece tan elevado, son enseñanzas espirituales básicas que hoy en día las aprendemos de muchas maneras, resulta curioso que Govinda después de una vida de ascetismo y sabiduría no entienda las explicaciones finales de Siddharta que son simples.

Imprescindible lectura. Habla de la vida de Buda desde lo cotidiano y humano. Parece que otras lecturas sobre Buda trasladan más a un ámbito religioso y espiritual. Para mí Siddharta toca lo espiritual desde lo más humano. Un clásico de Hesse.

Hermann Hesse hace gala de su vasta cultura. Su relación familiar con misioneros lo hizo conocer las religiones orientales y él se tomó la tarea de estudiarlas a profundidad. Sumado a situaciones muy personales, creó esta obra que publicó en 1922 (24 años antes que le dieran el premio Nobel). A mi parecer toda la obra está bien esculpida, cada párrafo, cada frase está bien pensada, diseñada, trabajada y en su conjunto ofrece una obra densa, inteligente, en la que uno no se puede distraer un momento so pena de perder el hilo o rica sabiduría. Me recuerda a "La república" de Platón en el sentido que cada párrafo está lleno de sabiduría, lo que lo lleva a intuir a uno que el trabajo previo a ponerse a escribir, fue una ardua labor de preparación que tomó mucho tiempo, y ya sumergido en la escritura, fue un proceso aún más estricto y disciplinado de construcción y corrección. Por una parte es una velada crítica, al final, al budismo y su forma egoísta de marginarse y huir de la realidad, de una realidad que puede ser tan buena maestra como la mejor de las religiones, en la cual se aprende un poco da cada una de las personas que se conocen, hasta de los más pecadores. Busca sintetizar, como sincretismo, entre el brahamanismo y lo humano, lo terrenal, lo carnal, eso si, sin dejar a un lado la inmensa riqueza (la cual concentra) del hinduismo y el budismo. Yo recomiendo este libro poderosamente porque está lleno de sabiduría, y lo pone a uno a reflexionar sobre su vida, lo que ha hecho y hacia adónde va, muy aparte de la ficción que relata.