LA REINA ROJA. La forma de escribir de Jurado es rápida, concisa, y la narración entretiene con el recurso de los capítulos cortos y el salto de una escena a otra sin solución de continuidad. Pero a mi modo de ver todo se disipa con un contenido manido, con los clichés y los lugares comunes de siempre en este tipo de novelas con policías y malos, secuestros y asesinos en serie. Lo de meterse en el universo de las cloacas está más trillado que la era del labriego. Cuatrocientas páginas es demasiada pista para que despegue con éxito el avión, poco a poco se desvanece en el aire sin levantar el vuelo. Y ojo, que la cosa sigue sin término en otros dos libros. Bueno, se ha dejado leer, y ahora a por algún libro literariamente correcto.
hace 3 años