Son muchos los seres vivos que demuestran que el sexo no es necesario para la reproducción. Entonces, ¿por qué existen otros, entre los que nos incluimos, que optan por una vía, en principio, más complicada? ¿Qué hay de poderoso y misterioso en el mecanismo sexual que escapa a cualquier previsión? En ¿Qué es el sexo? Lynn Margulis y Dorion Sagan explican cómo, para los seres que lo necesitan para reproducirse, el sexo es una parte crucial del proceso constante de transformación de energía mediante el cual, y de manera placentera, esos mismos seres vivos sobreviven y multiplican sus complejidades. Pero no sólo hay un trasfondo termodinámico que, como se nos explica en el libro, se ha adaptado a una Tierra estacionalmente cambiante, en un universo saturado de energía. También hay que tener en cuenta que, mediante la reproducción sexual, evolucionaron los animales y comenzó la selección de pareja, de manera que los propios organismos, al escoger unos compañeros sexuales y no otros, influyeron en su propia evolución. La búsqueda de pareja contribuyó asimismo a configurar nuevos tipos de sociedades, algunas incluso en las que el sexo ha sido suprimido, como las de las abejas.