No tengo suerte con los libros que son demasiado localistas (como éste, el primer Vargas Llosa, los santos inocentes...) y más si utilizan un lenguaje que te obligan a mirar continuamente las notas a pie de página para saber el significado de las palabras que lees. Es un libro que nunca me atrevería a recomendar y, mucho menos, a regalar.
hace 13 años