Es, precisamente, Opus 77 la pieza que toca Ariane al piano en el funeral de su padre, célebre director de orquesta. Esta elección es
recibida con estupor por los presentes, por la amarga significación que tiene dicha obra para su familia. Este acontecimiento, con el que
da inicio la novela de Ragougneau, da pie a la narración de la historia de la familia por parte de Ariane, exitosa pianista. La ausencia de su hermano, y las circunstancias que le llevaron a apartarse de todo y de todos, centran buena parte de los pensamientos de Ariane.
Narrada de manera sobria pero sugestiva, Ragougneau logra trazar una novela atrayente y profunda. Resulta especialmente interesante la manera en que muestra la presión y la competitividad que puede llegar a darse en dicha profesión, y la forma en que incide en los miembros de la familia Claessens y en sus propias relaciones. (Ana Rayas, 25 de enero de 2021)