“¡Gracias, Jeeves!” es otra novela de humor del dúo formado por el singular aristócrata Bertie Wooster y su competente mayordomo Jeeves. En esta ocasión Bertie se ha aficionado a tocar el banjo, cosa que no es del agrado de sus vecinos; cuando el administrador de la finca le insta a cambiar de residencia, el joven decide abandonar Londres y mudarse al campo. Para sorpresa de todos, Jeeves decide dejar de servir a su señor. Pero no se alejarán mucho el uno del otro, porque mientras Bertie se instala en una de las casitas que tiene su amigo Chuffy (Lord Chuffnell), Jeeves entra al servicio de este último en su palacio.
Lejos de la tranquilidad que buscaba, Bertie se reencontrará con viejos conocidos, entre ellos Paulina Stoker, quien fuera brevemente su prometida, y descubrirá que ella y Chuffy están locamente enamorados. Pero una serie de circunstancias hará que las cosas no sean tan fáciles como pudieran parecer, y con las mejores intenciones, y la inestimable ayuda de Jeeves, Bertie se verá envuelto en un encadenamiento de infortunios y despropósitos con tal de ayudar a su amigo.
Narrada en primera persona por Bertie, es una lectura ligera en la que destaca el típico humor inglés de Wodehouse, aunque en ocasiones raya tan en lo absurdo que la novela se hace algo pesada y repetitiva. No obstante logra su objetivo de divertir y pasar un rato agradable.