Clichés, clichés y más clichés. No me ha gustado nada.

La verdad que fue agradable recordar todas esas cosas de mi niñez. Había algunas que ni me acordaba, y además me hizo reir

Al principio era un poco reacia a leerlo, pensé que sólo era un libro con ilustraciones 4 anecdotas y ya, pero no, la verdad es que es un libro divertídisimo, y que te hace volver en cierto modo al pasado, a tu niñez, a esos días en que la palabra jugar, no era quedarse en casa enganchado a un ordenador, los de esta generación, no tenéis idea de los momentos tan buenos que os habéis perdido, porque quién no se acuerda así como por hacer balanza, de aquellos columpios de hierro oxidado..., sí es hoy en día no hubieráis subido, ni de asomo, o los polos de antes, aquellos helados que te hacen salivar, pero que ya desaparecieron, y aún hoy en día sigues echándolos de menos, creo que mi favorito siempre fueron el drácula y el frigodedo,..., que no os cuento más, en serio, tenéis que leer sus doscientas treinta y pico páginas, yo me las leí en 3 horas.

Mi chico se ha reído mucho, yo menos.

Curioso y anecdótico. Ideal para los que se quieren poner nostálgicos, pero para los que no han sido niños en los setenta u ochenta no les va a decir absolútamente nada.

Me ha gustado bastante. Su lectura me trajo muy buenos e inesperados recuerdos

Me lo prestaron y lo empecé un poco escéptica, pero me enganchó en seguida. Estructurado en capítulos según la temática, en el libro se recopila, de manera bastante amena, todas esos pequeños (y grandes) hechos cotidianos y anécdotas que vivimos toda una generación de niños que pasamos por EGB (Educación General Básica). Lleno además de fotografías entrañables es un viaje directo a nuestra infancia y adolescencia. No puedo elegir un capítulo que me guste más, porque en casi todos he encontrado recuerdos con los que me identifico totalmente: desde la primera fotografía que aparece, la típica cantimplora de metal forrada con tela verde que no faltaba en ninguna excursión, la yogurtera que había en casa, la época en que se llevaban calentadores y hombreras, los juegos de la época: “churro, media manga, mangotero”, la goma, el pañuelo…, los dibujos, programas y series que vimos en la tele, las manualidades que hicimos en el cole, los tebeos y libros que leíamos, la decoración de las casas… hasta la música que nos gustaba y los montones de cassettes que grabamos. Sólo por los recuerdos que nos trae a todos los que vivimos la EGB alrededor de los años 80 del siglo XX ya vale la pena leer este libro.

A mi me ha gustado mucho. Lo cierto es que lo compré a modo de libro de historia para que mi sobrino lo viese algún día. Además es divertido y te hace pensar.

Este libro abarca todo lo acontecido en la infancia de los niños (y no tan niños) de la década de los 70, 80 o 90. He viajado a mi infancia y he vuelto a recordar programas de televisión, chucherías, música, tecnología y sobre todo las frases o dichos que cualquier familiar o amigo te decía con respecto a un determinado tema. Sin lugar a dudas, si viviste una de estas épocas, es un libro que estas obligado a leer si quieres volver a retroceder en el tiempo.

Me han venido a la memoria multitud de recuerdos gracias a este libro. ¡Imprescindible!