«El asesino era normal» es la única descripción que Félix Fortea, policía de homicidios, recibe cuando interroga a los testigos de un crimen a plena luz del día. ¿Cómo detienes a un homicida que puede ser cualquiera? ¿Qué es ser normal? Un elenco de personajes con sus fallos, rareza y taras se unen para detener a un criminal que parece camuflarse exhibiendo su aparente normalidad. R. López-Herrero pone en duda el concepto de normalidad imperante en nuestro mundo en esta novela negra que pone de relevancia el talento de su autor y que nos sumerge en una atmósfera en la que los personajes componen un perfecto cuadro de la singularidad humana y de los prejuicios sociales que hacen de ella una carga.