Resumen

A través de la brisa fresca de las montañas del Himalaya cerca de Darjeeling, el viejo palacio brilla como una joya antigua. Cuando era la sede oficial del harén del General, las damas podían ser vistas pasear por las terrazas envueltas en sus ricas vestiduras disfrutando del viento de la noche. Por la noche la música llegaba flotando a través de las aldeas y continuaba hasta altas horas de la madrugada. Ahora, sin embargo, el hijo del General ha cedido el palacio a las Hermanas de María. Ellas han comenzado a trabajar en el huerto y han abierto una escuela y un dispensario para la gente de las montañas. Sin embargo, las monjitas no pueden hacer salir adelante su proyecto sin la ayuda del señor Dean, un descreído, arrogante y particular inglés que conoce a todo el mundo en la región. "Todos los tópicos eran aplicables a él: ojos azules, rostro encantador; la piel tersa y bronceada y los labios rojos como los de los niños irlandeses" nos dice Godden de este personaje que hará de catalizador de los más oscuros secretos de cada una de las hermanas. Clodagh, la superiora y su desamor cubierto de amargura; Ruth, desequilibrada e inquietante; Miel, que ama a los niños con la fuerza de una madre yerma... Unos deseos ocultos y potenciados por la imponente montaña que ejerce una fuerza que las reprimidas inglesas no consiguen comprender y contra la que tendrán que luchar. Rummer Godden, autora de El río, compone en Narciso Negro una novela de matices y enfrentamientos, de dolor y amor, de deseo latente y represión. Su escritura carente de estridencias es, sin embargo, capaz de hacernos entrever la dureza del aislamiento y la soledad que sufren sus personajes, personajes que fueron llevados a la gran pantalla por Deborah Kerr y David Farrar, en la obra maestra dirigida por Powell y Pressburger en 1947.