Máteme tu hermosura es una invitación al amor, el guiño cómplice de un niño escondido en un hábito sagrado, que nos ayuda a eludir la tristeza de la monotonía y la frialdad de la muerte. De este poemario surgen manos que limpian, también florecen rosas que encienden primaveras, nuevas melodías, palabras que navegan movidas por el viento de los sueños, villancicos, amapolas y cardos, un sin fin de palomas, los destellos del canto de la alondra, abrazos de plata, el aroma de notas gregorianas y vilanos al viento.