Un clásico imprescindible. Divertida comedia de enredo, una sátira de la sociedad de la época.

Leí este libro en mi época universitaria y me encantó. Ahora, con la perspectiva del tiempo, no es de mis preferidos, pero sí imprescindible.

Más que el texto en sí, afectado y arquetípico como suele ser propio del género, lo más interesante es lo que envuelve a la obra: la crítica a la sociedad de la época y la censura que sufrió por ello. Sería interesante pensar en cómo hubiera resuelto la trama Molière sin restricciones.

Se dice que es de sabios rectificar, algo parecido debe decirse sobre los libros que releemos y, por fin, sacamos un buen provecho. Leí por primera vez “Tartufo” en mi juventud y “simplemente” me resultó un libro bueno y “gracioso”, y ahora creo haber conseguido, con esta relectura, el verdadero valor y significado de este texto. Gran obra humorística con una gran carga crítica social. Un alegato contra la hipocresía, especialmente hacía los “santurrones” que con su fingida beatería hace que buenas personas, pero incapaces de distinguir entre la verdad y las apariencias, caigan inocentemente en sus redes. También se hace eco sobre el abusivo poder de los padres que ejercen sobre los hijos, especialmente en asuntos matrimoniales. Los diálogos, excelentes en el humor y la crítica, dentro del buen nivel global, son especialmente incisivos los dichos por la criada Dorina. Como única pega al argumento sólo menciono el final, que peca de forzado y postizo para acabar bien.