Un maravilloso, divertido e irreverente viaje gastronómico y cultura a través de Japón. Si te gusta la comida y la cultura japonesa, este libro te encantará.
Michael Booth, es un popular escritor gastronómico y viajero incansable, que recorrerá todo el país, junto a su familia (mujer e hijos de 6 y 4 años), durante más o menos tres meses para verificar el gusto y el saber culinario del Japón actual y demostrarnos que se trata de un país extraordinariamente obsesionado con la comida, aprovechando además, para adentrarnos en la cultura de esta sociedad tan peculiar.
Dividido en un prólogo, treinta y ocho capítulos, un epílogo, referencias bibliográficas y glosario de términos culinarios, nos adentramos en el país nipón y en los lugares más recónditos donde degustar los mejores manjares.
Aconsejado y animado por su excéntrico amigo Toshi (japonés afincado en París, donde coincidieron en la Ècole de Cuissine y empezaron su amistad) el cual le toma el pelo en cuanto a tradiciones japonesas, sobre todo a la hora de las traducciones, el autor se inmiscuye en un trepidante viaje de casi 3 meses de duración recorriendo desde Hokkaidö hasta Tokio, pasando por Kioto, Osaka, Fukuoka y las Islas de Okinawa a fin de demostrar al público occidental por qué Japón es el mejor país gastronómico del mundo.
Para ello contará con dos premisas iniciales (y un montón de promesas que irá incumpliendo según se va adentrando en la cultura gastronómica):
1.- Investigará el estado de la comida japonesa actual
2.- Aprenderá todo lo posible sobre sus técnicas e ingredientes.
El recorrido también servirá para poner “sobre el mantel” parte de la cultura japonesa hablando desde porque son los más longevos del mundo hasta demostrarnos como es el día a día de en el interior de un HEYA (el lugar donde conviven los luchadores de Sumo) o el trajín en un mercado de pescado japonés.
Aunque en un principio da la sensación que nos vamos a encontrar con un montón de tecnicismos culinarios, que hará que perdamos el hilo conductor del relato, esto no nos debe echar para atrás en la lectura, que es divertida hasta decir basta, ya que al final del libro nos encontramos con 10 páginas de glosario donde podemos comprobar los significados de todos los términos japoneses que durante la lectura nos encontramos y que están en cursiva para hacer más fácil su comprensión posterior.
Un libro para dejarse llevar e intentar saborear, todas las recetas que se ponen a nuestro alcance y darnos cuenta de que, en occidente, estamos a años mil de alcanzar el arte culinario del que gustan los japoneses. (Rosa Reyes, 28 de septiembre de 2021)