En una ciudad pequeña de la Gran Bretaña de 1995, una madre desarrolla un monólogo interior a lo largo de toda una noche. Se trata de la víspera del día en que su marido y ella planean contar a sus gemelos un secreto familiar que decidieron esperarse a desvelar cuando aquellos cumplieran dieciséis años. A través de una narración en la que la melancolía no se desprende de las páginas del libro, pese a la innegable calidad de su escritura, la historia cae en el tedio y en los momentos en que genera falta de interés en el lector debido a las largas disquisiciones internas de la protagonista, hablando como si se dirigiera a los gemelos para ir ensayando sus trascendentales palabras al amanecer. Como valores a destacar, la manera con la que se refleja el cambio generacional de los que fueron adolescentes en la Europa de los años sesenta, hijos de la generación marcada por la II Guerra Mundial y enfrentados a sus padres por el contraste entre las costumbres de unos y otros. Graham Swift, por todo esto, ofrece en “Mañana” una calidad literaria innegable que no impide que la novela sólo logre que el lector la acabe al despertársele el interés por el secreto desvelado al final. www.antoniocanogomez.wordpress.com
hace 1 año