Malek, un magnate de la construcción, ha muerto dejando una inmensa fortuna y tres de sus cuatro hijos se preparan para repartírsela. El cuarto, Guy, ha desaparecido hace años y nadie ha tenido nunca mucho interés en saber dónde está, porque, en realidad, lo consideran todos la oveja negra de la familia, un auténtico mal bicho, antiguo hippy y drogadicto. Una prima de Kinsey Millhone, que trabaja en un bufete especializado en testamentos y propiedad inmobiliaria, debe encontrar a toda costa a Guy y, como sospecha que éste ha destruido el último testamento del viejo Malek en el que se le deshereda, naturalmente recurre a Kinsey para que lo encuentre. Kinsey está acostumbrada a este tipo de trabajitos y encontrar a Guy es para ella pan comido. Lo duro viene a continuación, porque, ya se sabe, donde hay dinero...