En Las Tumbas de Atuan han pasado más de diez años desde que Ged se enfrentara a su propia sombra. Capaz ahora de actuar en beneficio de otros, decide recobrar la «runa de la unión» la mitad perdida del anillo de Erreth-Akbé, guardado, se cuenta, en las Tumbas de Atuan. La sacerdotisa de las Tumbas es Arha, que lleva el significativo apodo de la Devorada, y que no tiene identidad, pues la ha perdido para ponerse al servicio de los Sin Nombre, las potestades tenebrosas de Terramar.