Cuando lo encontré inconsciente en la playa, supe que mis oraciones habían sido escuchadas, y que yo, lady Chelsea Campion, ya no pasaría más miedos ni angustias. Lo único que necesitaba para asegurar las propiedades de mi familia era un bebé. Y ese hombre apuesto, de buena familia y desprovisto de todos sus recuerdos era perfecto para conseguir mi propósito. Pensé que sería un buen amante, pero una vez en sus brazos, se apoderó de mí algo más que la mera pasión.