«La noche que conocí a lord Vincent Sinclair, hijo del duque de Pembroke, fue la misma noche que perdí el control. Jamás imaginé que yo, Cassandra Montrose, sería capaz de comportarme de forma tan escandalosa con un hombre al que apenas conocía. Pero en aquel fatídico momento, a solas con él en su carruaje, no pude ocultar la pasión que sentí, aun sabiendo que probablemente no volvería a verlo una vez me rindiera al deseo... Hasta que un vergonzoso secreto me llevó hasta su puerta.»