Es una novela que me ha sorprendido, porque aunque había leído muy buenas críticas de ella, como se sabe uno no siempre se puede fiar de todas las reseñas que se encuentran por ahí sin saber si se tienen gustos en común, además, y aunque no tiene nada que ver, la portada no ayuda mucho a la novela, ni la sinopsis que han hecho para la novela. Es cierto que el libro en algunos momentos, como novela juvenil que es, nos muestra el lado más pueril de las protagonistas, pareciéndonos a veces un poco tontas, pero, es que son adolescentes, en cambio la novela es mucho más oscura y madura de lo que cabría esperar. La autora sabe pintar muy bien con palabras en nuestra mente esos mundos fantásticos que pueblan las aventuras de Laila Winter, mundos, que a pesar de que mayoritariamente están poblados por hadas, no siempre son idílicos precisamente, hay todo tipo de hadas, no todas afables, además de muchos otros tipo de criaturas más oscuras y malvadas. El mundo que más me ha gustado en esta novela, es el mundo de Lunarïe, un mundo de noche perpetua llena de estrellas, de palacios donde viven hadas crueles y frías de piel pálida, cabellos negros y ropas oscuras, donde existe también un bosque de los duendes donde siempre están de fiesta, de hecho este es el mundo en el que viven Titania y Oberón e incluso aparece Puck (todo un homenaje a "El sueño de una noche de verano" de Shakespeare). En resumen he disfrutado de este libro y tengo mucho interés en seguir las aventuras de Laila Winter, que es también un poco de aire fresco en la literatura de fantasía para jóvenes, que a veces es un poco repetitiva, así que merece la pena descubrir los libros que destacan por ser diferentes.
hace 11 años
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