El libro te deja estupefacto. Es un viaje al holocausto abandonando el punto de vista de las victimas, que siempre se utiliza, y dando el de los verdugos. La frialdad de su cálculo es absoluta y se extiende a todos los que le rodean. Causa horror el pedido que hace la casa Bayer de "unidades de mujeres" al Reich para experimentar con ellas una anestesia. La frialdad con que se habla de productividad, muerte y destrucción es brutal. Los protagonistas son una multitud de jerarcas nazis que van manifestando sus controvertidas opiniones. Destaca el matrimonio Doll sobre todos y la relación que mantendrá la esposa Hannah con Thomsen otro colega de su marido. La novela nuestra diversas iniciativas nazis por la "solución judía". Los engendros de maldad creados con los " sonderkomanden" formados por judíos a los que se obligaba a asesinar judíos por una mejor alimentación o que sufrían chantajes para salvar la vida de los suyos o por ofrecer a sus familiares tabaco. Un engendro del mal. Evidentemente no es una lectura plácida pero se aprende mucho. Me ha impactado mucho que tras Stalingrado aparezca en los diarios privados de estos militares que la victoria se les ha ido de las manos pero que el camino emprendido no tiene marcha atrás y hay que morir con las botas puestas. Una lectura excelente, diferente y muy dura y perturbadora.
hace 3 meses