Resumen

Tras rememorar su infancia en corazón que ríe, corazón que llora, Maryse condé retoma el camino de su vida y nos conduce a través de sus años de aprendizaje: un periplo que comienza en París, con un embarazo accidental y el abandono del hombre al que ama, y que la lleva a vagar por África, en busca de esa identidad que ya empezaba a entrever con el descubrimiento de la negritud, del socialismo y la creatividad literaria. Pero también de los desengaños amorosos, la maternidad no deseada y los estragos emocionales de la orfandad. Honesta e irónica, delicada y brutal, Maryse condé vuelve a ensanchar los límites de la autobiografía para construir un bello relato universal: el de una mujer desposeída que, a pesar de los embistes del destino, busca incansablemente la plenitud y la felicidad.

1 Críticas de los lectores

6

La autora nos presenta su relato autobiográfico muy valientemente sim adornos ni dobleces. Es muy difícil para todos reconocer una autocrítica de nuestro comportamiento y más aún exhibirla sin reparo. El lector viaja con ella desde París a Ghana, Senegal, Guinea desde los años 50 a los 70 del pasado siglo y se sumerge en mundos distintos. Los de un África gobernada por sátrapas que promulgan libertades y las aniquilan. Una mujer europea que trasladada a un mundo diferente lucha por su libertad como si fuera una mujer actual. Sorprendente. En el relato, en muchos aspectos, el lector no empatiza con ella y se aleja de sus posturas como ocurre con el tema de la maternidad y las posiciones que adopta, bastante controvertidas bajo mi punto de vista. Una mirada valiente e impactante, arriesgada pero cierta. Sorprendente.

hace 1 año