En La última vida se recrea, de modo autobiográfico, la historia de Sagesse LaBasse, una adolescente francesa, hija de un argelino repatriado en Francia y una norteamericana. La crisis de identidad que padece la joven Sagesse tiene mucho que ver con la historia de la familia LaBasse, una historia marcada por la huida y el desarraigo del inmigrante que se asienta en un nuevo país con nuevas pruebas que superar. El mundo y los férreos valores de la familia de Sagesse se desmoronan cuando, una noche de verano, el abuelo de la protagonista dispara contra un grupo de jóvenes entre los que se encuentra su propia nieta. A partir de este suceso, Sagesse inicia un fascinante viaje a través de sí misma y de cuanto la rodea: la insatisfacción resignada de su madre, el retraso mental de su hermano pequeño, el hermetismo y la ambición de su padre, la hipocresía y la ocultación de la verdad de sus abuelos. Nada es lo que parece y Sagesse comienza a descubrir que todo lo que ocurre a su alrededor es deuda del pasado incierto que definió a la familia LaBasse.