El infernal poder de Ineluki, el Rey de la Tormenta y jefe sitha no muerto, destruye el reino de Osten Ard y siembra un mal contra el que no parece haber defensa. Sólo cuando el reino esté en posesión de tres espadas de gran poder mágico, recobrará la paz, pero el camino a recorrer para reunirlas está sembrado de una maligna brujería muy difícil de superar. De este modo, los maltrechos restos del ejército de Osten Ard huyen en búsqueda de un último refugio y punto de reunión: La Roca del Adiós, un lugar envuelto en misterios y pesares.