Tres hermanos acuden al pueblo de su padre, recientemente fallecido, para abrir el testamento paterno. En el testamento figuran como herederos los tres hermanos y un anciano anarquista, que ha vuelto del exilio, enemigo de su padre en la guerra civil. Los hermanos hablan con el viejo comunista libertario, y descubren un turbio asunto en la guerra en el que su padre fue protagonista. A partir de ese momento, el hermano menor va recomponiendo la figura paterna, la del enemigo de su padre y, también, la suya propia.