Corren los años treinta del Siglo XX, cuando una joven albanesa, de una familia adinerada, es casada sin previo aviso y como marca la tradición con un joven de una familia venida a menos. Desde el momento en que pasan a vivir juntos, verá como su vida cambia radicalmente: una casa fría, solitaria y alejada de su familia, volviéndose insignificante debido al fuerte carácter de su suegra, con la que viven, a sus imposiciones e inteligencia, y como acabará denigrándola y anulándola , obligándola a conformarse con lo que es, la esposa y futura madre de sus hijos.
Ismail Kadaré, uno de sus tres hijos, nos cuenta la vida de su madre, como era antes de casarse y sus aspiraciones profesionales , y acaba conformándose con ser la madre y esposa, por imposición, demostrando un impresionante poder de adaptación, convirtiéndose en una muñeca sin criterio, sin carácter que se va desdibujando poco a poco, mientras descubre, tristemente, que su vida se aleja mucho de lo que soñó, y termina por convertirse en “la muñeca“, de porcelana, muy frágil.
Ante la inminente muerte de “la muñeca”, Ismail nos va narrando su vida de estudiante que aspira a ser escritor, su relación amorosa con Helena, y los tiempos convulsos que corren entre guerras.
Asistimos a la contradicción de la libertad con la que él puede vivir su vida, pese a los tiempos convulsos, frente a la privación de la total personalidad de su madre, pese a su apacible vida.
Una compleja historia, llena de una fuerte carga simbólica y emocional, que no deja indiferente a nadie.
Me ha gustado mucho, la verdad, pese a no conocer mucho la cultura albanesa ni su historia. (Cristina Martín Sánchez, 30 de enero de 2023)