El maestro Li, el mejor detective de toda China, y su ex cliente y actual ayudante Buey Número Diez se enfrentan a un nuevo caso. Buey es un campesino de corazón puro, y Li un viejo erudito... con un ligero defecto en su carácter. En el monasterio del Valle de las Penas, el bibliotecario ha aparecido asesinado mientras trabajaba en un antiguo pergamino que además ha sido robado. Las pruebas apuntan inconfundiblemente a que el culpable es el infame Príncipe Risueño, un noble despótico y torturador que desea ocultar el conocimiento de una fabulosa piedra para sus propios fines. Sólo hay un problema: el Príncipe Risueño lleva muerto más de siete siglos... y el rostro del bibliotecario asesinado refleja todos los horrores del Infierno.