Se trata de una especie de fábula apocalíptica. Un libro original y profético que, más allá del conflicto con las salamandras (asimilable al más habitual con la inteligencia artificial), expone los efectos del capitalismo sin freno, la superpoblación y sobreexplotación de los recursos que llevan irremediablemente al desastre. Serán los lagartos, los robots o el país vecino pero el conflicto está servido.

Es un verdadero lujo para cualquier lector encontrarse de repente con un libro que desconocías, del que no habías ni oído hablar y que te parece una verdadera joya. Esto me ha pasado con esta novela. Una fábula escrita en 1936 que bajo la apariencia de inofensivo cuento nos habla de lo que rodeaba al autor en aquella época, de lo que nos rodea a nosotros en esta y de lo que seguramente seguirá sucediendo en el futuro. Una mezcla de estilos y géneros, comienza como una novela de aventuras para convertirse en una distopía y acabar en un tratado político y casi metafísco. Una crítica mordaz e implacable que no deja títere con cabeza, desde la frivolidad del mundo del cine, pasando por el comunismo, el capitalismo, la explotación laboral, la avaricia de patronos la torpeza de sindicatos, quizás en menor medida contra el nazismo (no perdamos de vista que está escrita en 1.936), en resumen, una crítica sobre la mezquindad del ser humano. Y todo ello relatado de una forma muy original pasando por momentos que van de lo hilarante a lo absurdo, artículos periodísticos, estudios “científicos”, arengas políticas y pensamientos mucho más complejos y con una gran carga filosófica. Nos deja párrafos que son para enmarcar. Una novela para subrayar, releer y degustar que deja mucho poso, mucho que pensar y que me ha dejado con la boca abierta. Muy recomendable.

Excelente. No tenía muchas referencias sobre este libro. Conocía al autor por la obra de teatro en la que se usó por primera vez la palabra robot y nada mas. Pero la novela se cruzó en mi camino y me convenció para que me la llevara a casa y me he llevado una agradable sorpresa. No esperaba que me gustase tanto. El argumento es fascinante. La aparición de nuevos seres inteligentes en La Tierra, las salamandras. La relación entre los humanos y las salamandras hará que la vida en el planeta cambie de forma radical. La novela es de 1936 y no ha envejecido nada. Trata temas de plena actualidad. Racismo, ecología, explotación laboral, derechos de los animales, etc. También es muy satírica. Se critica a los estúpidos nacionalismos que impiden que los hombres estén unidos ante los mayores peligros y los palos mas gordos se los lleva el capitalismo feroz. Aquellos que buscan los beneficios a cualquier precio, un progreso económico cada vez mayor. Hasta que llega el momento en que es imposible detenerse y volver atrás. Las consecuencias no pueden ser mas desastrosas.

Es un libro que me ha soprendido muy gratamente, poco conocido, pero una gran crítica sobre la sociedad que nos hace reflexionar. Se puede encuadrar dentro de la ciencia ficción distópica. El comienzo del libro tiene un claro sabor a un libro de aventuras, en una isla un capitán de barco descubre unos curiosos, simpáticos e inteligentes animales, un tipo de salamandras, las amaestra para que le consigan perlas y a cambio les aprovisiona de bienes que necesitan. La segunda parte del libro muestra los males de la sociedad con un fino tono irónico, con un sentido del humor exquisito, y asistimos a un ideal de expansión de la humanidad. Y ya la tercera parte es el machetazo final, la crítica más pura, increíble el último capítulo del libro en el que resume espléndidamente lo absurdo de la humanidad que nos hace enfrentarnos. Es un libro que recomiendo sobre todo a los que disfrutan con las fábulas distópicas.