Mantener el equilibro entre la historia y la ficción es verdaderamente difícil, porque recorrer épocas remotas o hechos pretéritos de la mano de personajes imaginarios puede acabar en pastiche trágico o en impostura evidente. No obstante, los personajes femeninos que forman la estirpe de la mariposa no desentonan en la Córdoba califal ni en Medina Azahara, las ciudades donde moran. A través de sus bailarinas, poetisas y cantoras, Magdalena Lasala muestra el esplendor del califato de Abderramán III y Al-Hakam II, la ruina sobrevenida tras la muerte de Almanzor y la creación y la casi total desaparición de Madīnat al-Zahrā'. A la novela le sobre amor, no le falta rigor histórico (algo que muchos lectores agradecemos), es capaz de despertar el interés por la España musulmana, y, sobre todo, por las ruinas de "la ciudad brillante" y por el papel de la mujer en la Corte andalusí.
hace 8 años