Juana es una niña huérfana, bella y salvaje, que no entiende ni acepta los mandatos sociales de su época. Ama cocinar, es honesta, impetuosa y sensible. Pero en pleno siglo XVIII, en el Virreinato del Río de la Plata, las mujeres no tienen una vida propia, más allá del papel de esposa o madre. Juana es criada por los curas redentoristas hasta su adolescencia, cuando debe abandonar el asentamiento religioso; después de vagabundear y sobrevivir robando, consigue que la acepten como criada en la casa de los Leguizamo. Al conocer a Edward, prometido de Rosaura, la señorita de la casa, descubre al mismo tiempo el amor y las prohibiciones absurdas a las que la somete la sociedad. Obligada a esconderse, decide abandonar la ciudad en un barco pirata que la lleva hasta Nassau, en las islas Bahamas, donde encuentra un mundo distinto, con mandatos diferentes, que le brinda nuevas oportunidades. Bajo otra identidad, Juana intentará sobrevivir a las adversidades para lograr lo que siempre quiso, una familia.