Waldek Grodek es un adolescente polaco de 12 años cuando en septiembre del 39 los alemanes invaden Polonia y atacan su Varsovia natal. Nos relata sus vivencias con los bombardeos, la construcción del ghetto y sus primeras acciones con la resistencia en contra de la ocupación nazi, todo muy vivido, en primerísima persona y más sabiendo que es una historia real. Me gusta que en medio del relato tenga tiempo para sus impresiones: “Aún tengo en la memoria el cielo estrellado de aquella noche del inicio del verano y el aroma familiar del bosque”. Con 16 años recién cumplidos es llevado a Birkenau, un campo anexo al de Auschwitz donde le tatuaron con el número 156642, donde paso muchas penalidades y después fue trasladado a otro campo que los recibió con una enorme águila imperial, sobre la fachada, sosteniendo una cruz gamada, el campo de Mauthausen-Gusen. Es increíble como un cuerpo puede sobrevivir a tantas angustias, penalidades y barbaridades. Una novela que nos explica una vida, una vida que parece una novela, usando sus propias palabras: he vivido demasiadas experiencias para creer que la vida es un juego de buenos y malos. Un judío me salvó la vida en Auschwitz, un alemán me sacó varias veces de apuros en Gusen, los norteamericanos me socorrieron en Mauthausen. Conservo mi pierna izquierda gracias a un médico nazi y aún llevo en la tibia un injerto de hueso de un soldado alemán muerto en combate. Un polaco me delató durante la guerra, los alemanes destrozaron mi juventud, los rusos permitieron que los alemanes arruinasen mi ciudad mientras ingleses y americanos se cruzaban de brazos. No puedo volver a mi país libremente porque escapé del comunismo que impusieron. Ahora me dicen ustedes que mi antiguo jefe es un criminal de guerra. ¿Qué suponen que debo hacer? ¿No cree que ya he tenido bastantes problemas para que ahora me acosen los judíos, tomándome por colaborador de antiguos nazis? Y en esos momentos todavía le faltaban un montón de experiencias por vivir. Quizás la que más le marcó sucedió al final de su vida, cuando de casualidad el 11 de septiembre del 2001 estaba en las torres gemelas intentando alquilar unas oficinas para su empresa. Llegué a esta novela por otras obras de la autora, conociendo que los hechos eran reales y además que la autora había compartido una parte importante de su vida con Waldeck (aunque en la novela ella no aparece). No me arrepiento de la decisión, la lectura me ha atrapado desde el primer momento, dura, intensa, con un gran mensaje de supervivencia frente a las contrariedades que te obsequia la vida. Me cuesta describir todas las sensaciones que me han quedado al finalizar la lectura, solamente puedo animaros a su lectura!!!
hace 4 años