Enviarlo a prisión fue lo peor que pude haber hecho. No importaba que él cometiera el crimen o que yo deseara que estuviera muerto. Quizás pensé que tendría tiempo de desaparecer antes de que él saliera o que se calmaría en la cárcel. Pero estaba equivocada. Tres años pasaron demasiado rápido y la prisión sólo le dio tiempo para planificar. Y aunque anticipé su venganza, no esperaba esto... Edad recomendada: Juvenil, a partir de 16 años.