Los muchachos de estas historias tienen una cosa en común: todos ellos son jóvenes fantasmas. Algunos, malévolos, se demoran en la tierra, llenos de terribles intenciones. Otros son, simplemente, espíritus errantes que buscan la paz. Algunos fantasmas vuelven para advertir a los vivos y mantenerlos sanos y salvos. Pero otros pretenden arrojar a los vivos al dominio de la muerte y poseer sus almas para siempre.