La Reina de la Red de Pozos Demoníacos le ha dado la espalda incluso a sus sirvientes más leales o cuelga sin vida de sus infernales telarañas. Para una sacerdotisa, la única posibilidad que le queda es descubrir la verdad, aunque tenga que volver a un lugar de donde pocos han regresado —un lugar donde las almas de los muertos cumplen su condena por toda la eternidad. Para otra sacerdotisa, la perspectiva de una vida después de la muerte sin la Reina Araña la conduce a los brazos de otra diosa, destruyendo así las tenues alianzas que han llevado a los drows al umbral del Abismo.