Pocos han oído hablar de Mary Lavin, pues no contábamos con traducciones de su obra en nuestra lengua; sin embargo, a partir de ahora, estamos convencidos de que estos magníficos relatos formarán parte del imaginario de muchos lectores. Sí, un descubrimiento, uno de esos libros míticos que llamamos clásico contemporáneo. ¿Los escenarios? La Irlanda verde, campestre y tan atractiva como dura, y la Irlanda de las ciudades oscuras y grises —en ocasiones recreada, revivida, desde Estados Unidos—, la de la memoria y el deseo de tantos jóvenes expatriados, de tantas viudas. Un libro a la altura del Dublineses de Joyce en muchos momentos.En la senda de Chéjov unas veces, de Katherine Mansfield otras —y anticipando la obra de Edna O’Brien—, los relatos de Lavin sorprenderán y cautivarán a los lectores en español, y les mostrarán también el poder que encierra un «simple» cuento, lo formidable y evocador que puede llegar a ser ese «artefacto narrativo» antiquísimo e inigualable… Una de las certezas que tenemos al leer esta reunión de historias es que, todas juntas, forman casi una cosmogonía, la novela de una vida, de una familia, de un país. Y pese a estar muy arraigadas en la sociedad irlandesa de su tiempo, trascienden la época y el lugar, pues se ocupan de temas centrales, y desde perspectivas por las que no pasa el tiempo: el amor, el desamor, la familia, la maternidad, la emigración, los tabús…