Resumen

En "El río de fuego", François Mauriac quiso asumir el desafío de Bossuet, a quien cita en el epígrafe: "¿Quién se atrevería a hablar de esta plaga profunda y vergonzosa de la naturaleza, de esta concupiscencia que une el alma al cuerpo por lazos? ¿Tan tierno y tan violento?" Mauriac abre su libro con esta advertencia directa: "Si dudas de que una muchacha bien nacida y a veces devota pueda bajar hasta donde ves a Gisèle de Plailly, piensa en tu alma enamorada de Dios. Pero quién siempre amó sus impurezas con más ardor". La pintura del deseo que encontramos en "El río de fuego" es admirable. François Mauriac tiene movimientos de oración que liberan la perturbación sensual que quiere analizar, y su heroína es de una verdad inolvidable.

1 Críticas de los lectores

10

Magnífica. Un clásico imprescindible y maravilloso. Mauriac narra con destreza exquisita los intrincados pasajes psicológicos de la sensualidad, perturbada al debatirse entre la pureza y la pasión. Muy recomendable.

hace 3 años