¿Has sentido el impacto de un te quiero cuando te lo dice alguien que realmente te importa? Esas dos palabras contienen más de lo que nos podemos imaginar. Por eso, no se deben decir a la ligera. Nos pueden hacer la persona más feliz del mundo o, por el contrario, rompernos por dentro con tanta violencia que nos será imposible cerrar la herida creada.