Siempre es triste abordar los períodos de decadencia de nuestra Historia. En lo que respecta a la particular de la llamada Real Armada, llegamos al momento más sombrío. Pero siempre se resurge de las cenizas. Sin embargo, aunque la Armada continuó con las misiones encomendadas a lo largo de los dos siglos siguientes, en este nuevo volumen, el autor abordará lo que supuso el broche sangriento y final a nuestra presencia en grandes combates de escuadra. Dentro del plan estratégico ideado por Napoleón, con plena sumisión española, navegaremos con los presonajes por aguas antillanas, para asistir después a los combate de Finisterre y, por fin rematar la historia en aguas de Trafalgar con dolor, sangre y tristeza amadrinados en una sola driza. Y aunque después del combate todavía disponíamos de buques suficientes y arsenales para fabricarlos y mantenerlos, la Armada se difuminó como por encanto. En realidad, se trataba ya de un cuerpo sin alma. Siguiendo la línea marcada desde un principio, a esos retazos importantes de nuestro acontecer naval a lo largo de aquellos años, el autor incorpora los necesarios hechos novelescos de los personajes, que ofrecen el condimento imprescindible en toda obra, para hacerla amena y atractiva al lector. Los hechos históricos narrados, así como los escenarios, cargos, empleos, destinos, vicisitudes personales, especificaciones de unidades a flote o en tierra, así como las situaciones sufridas, se ajustan en un cien por cien a la realidad histórica, de acuerdo a los fondos consultados.