Un caso insólito en las letras japonesas (las segundas en importancia del mundo, al decir de J. L. Borges). Su breve obra, reseñada con admiración por su amigo Kawabata, consiste en relatos cortos sin apenas historia argumental, que describen generalmente estados de ánimo, anécdotas mínimas o sensaciones táctiles, visuales y auditivas. Toda ella se dio a conocer en revistas y sólo gracias a su círculo de amigos intelectuales se editó poco antes de su muerte un libro recopilatorio. En él aparece perfectamente plasmada la aguda percepción de los objetos del mundo y las sensaciones humanas que de ellos tenía su autor.