Leer para otros es el trabajo que Ismael necesita; eso dice. Celso escoge los libros (Madame Bovary, El corazón de las tinieblas o Pedro Páramo), Ismael lee, pero Lorena no solo escucha: cree adivinar un pasado truculento en la voz de su lector por horas. Perdida la vista, afina el oído, tanto que da por sentado el cómo y el porqué de quien lee para ella. Pero puede que Ismael sea lo que parece, un simple lector, y que Celso y Lorena si tengan algo que esconder, quizá una historia tremebunda. EL LECTOR POR HORAS, de José Sanchis Sinisterra, se estrenó en 1999. Imagino que no dejó indiferente al público que asistió al Teatre Nacional de Catalunya (Barcelona) ni al María Guerrero (Madrid); a mí tampoco. Si uno pasa de la introducción, vuelve a ella para buscar una explicación al finalizar la obra porque ¿cómo es posible que en tan pocas escenas los personajes se transformen tanto?
hace 9 años