Todo cambió después de que Mama encontrase a Padre con otra mujer. Mama, mi hermano Ezikiel, de catorce años, y yo nos vimos obligados a dejar nuestro piso en Lagos, que tenía un aire acondicionado tan eficaz que a veces nos daba frío, y mudarnos a Warri, el poblado de mi abuelo Alhaji, donde no había electricidad. Alhaji era el cabeza de familia en el recinto y nos convirtió a todos en musulmanes. Pero, en realidad, era Abuela la que mandaba en ese mundo. Alhaji tomó una segunda esposa, Celestine, una “Plañidera Profesional de Ciudad” a la que le encantaba llevar ropa de licra. Abuela, que era partera, tenía mucho que decir al respecto. Pero para entonces yo era su aprendiz, y sabía que había cosas mucho peores que la licra….