Tres historias interconectadas muestran a mujeres cuyas vidas han sido interrumpidas por fuerzas más allá de su control. El exilio, las enfermedades graves o el encarcelamiento de la persona amada son enfrentados con resiliencia, fuerza y audacia, aunque no se pueda deshacer lo que el destino ha forjado. Estos relatos atmosféricos e introspectivos culminan en una novela experimental de múltiples voces, donde el «edificio de piedra» es una metáfora de las diversas instituciones opresivas (prisiones, jefaturas de policía, hospitales y asilos psiquiátricos) que dominan la vida de todos estos personajes. Esta narración ofrece una destilación literaria de la alienación, la impotencia y la furia controlada del exilio y el encarcelamiento, tanto físicos como mentales, en una serie de retratos luminosos, conmovedores, de vidas atrapadas por las estructuras de poder.