Después de secarme las lagrimas inducidas por la lectura de “Cometas en el cielo”, me puse a hurgar por los libreros. Como muchos lectores, compro libros que por una u otra razón no leo de inmediato, y que de pronto me los encuentro, y me sorprenden.
Me sucedió con “El coleccionista de libros”, que probablemente lo compré por el título, y por Siruela, esa gran editorial española a la que le tengo una fe ciega, aunque me frustre constantemente por no contar con los recursos -$$$$- necesarios y suficientes para hacerme de todos los libros que publican y me interesan.
De la autora, Alice Thompson (1961-) no sabía nada. No sé si alguno de ustedes la ha leído. Ahora sé que es una novelista escocesa, rockera, madre de un hijo, que vive en Edimburgo y que su tesis doctoral versó sobre el genial escritor Henry James; que “El coleccionista de libros”, es su octava novela y la primera que se publica en Español, y punto.
La verdad nunca me imaginé que me encontraría con la novela con que me topé: una historia enigmática, leída de una sola sentada -ayuda de que es corta: 200 páginas- que no logré descifrar si era un thriller psicológico, una novela de terror, una fábula sobre hadas y gnomos, o un relato gótico.
El maestro de maestros, Stephen King, en la contraportada, que acabo de leer mientras escribo estas líneas, menciona que es “Un perturbador espectáculo gótico, rebosante de energía y genuinamente aterrador”. ¿Espectáculo, novela, cuento o fábula? Es irrelevante, lo que sí les puedo comentar es que me enganchó desde las páginas iniciales. El libro lo solté solo para cenar.
Extraña, interesante, envolvente, intrigante, “El coleccionista de libros” narra la historia de una relación muy, pero muy singular: la de Violet y Archie, que además de la diferencia de edad, de la posición social y la rapidez con que decidieron casarse, comparten, por razones diferentes, el gusto por los libros. Violet para leerlos, Archie, un librero de viejo, para venderlos, pero también, para coleccionarlos, por lo general primeras ediciones.
Inevitablemente, son los libros, más bien, es un libro, que el extraño y peculiar marido de Violet guarda en su caja fuerte, lo que se convertirá en el detonante de la trama, y causa de una cadena de desventuras que sufrirá Violet, que llevada parte por curiosidad, parte necedad, se atrevió a violentar la caja de seguridad, tratando de averiguar la razón por la que Archie se negaba a mostrárselo, a pesar que trataba sobre Hadas, tema preferido de su adorada esposa.
El matrimonio transita, tan rápido como se constituyó, de una relación idílica a otra muy retorcida. Al parecer, el misterioso libro, titulado “Cuentos de Hadas”, de Hans Christian Andersen, encuadernado en piel teñida de un verde pálido, había lanzado su hechizo sobre la pareja, con severas consecuencias para la salud mental de Violet.
Ubicada a principios del Siglo XX en la campiña inglesa, “El coleccionista de libros” es una inquietante novela narrada de una manera muy eficaz, pues su autora, con unos pocos trazos, logró crear un ambiente hipnótico, atestado de intriga, misterio y secretos, y contarnos una historia que te lleva a reflexionar sobre el amor a los libros, el matrimonio, la maternidad, pero sobre todo, en la fachada que ocultan la maldad que puede existir en las relaciones de pareja. Muy recomendado para estos días de histerias pandémicas.
hace 4 años
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