Coopers Chase es un complejo residencial para gente de la tercera edad, en el que los residentes viven en sus propios apartamentos y disponen de todo tipo de comodidades y actividades. Cuatro de los jubilados que habitan en esta comunidad se reúnen cada jueves para analizar antiguos crímenes que quedaron sin solventar. Elizabeth es la que lleva la voz cantante, Ibrahim es psiquiatra, Ron tiene un pasado de activista social y Joyce, la última incorporación, había sido enfermera de profesión. Cuatro personajes muy distintos, tanto en cuanto al carácter como a sus respectivos pasados, pero cuya afición común los une.
Cuando en su idílica comunidad se perpetra un crimen, que resulta muy real y cercano, esta pandilla de jubilados no dudará en intentar esclarecer el caso por sus propios medios, que no son pocos.
Antes de empezarlo, era una poco escéptica respecto al libro, pero a pesar de que no es literatura en mayúscula, he quedado gratamente sorprendida. Los muchos personajes que aparecen, con sus diversas circunstancias personales, junto a la investigación del asesinato, que se vuelve más enrevesada de lo esperado, la hacen una trama interesante y bastante divertida.
Con capítulos cortos (algunos de ellos escritos a modo de diario de investigación por Joyce), es una lectura ligera y amena, aunque resulte bastante irreal si se profundiza un poco. Destaca el positivismo y buen humor que transmite, la idea de que la edad avanzada no es un impedimento para disfrutar de la vida, hacer nuevos amigos y vivir aventuras. Tras leerlo, entiendo que se haya convertido en best seller, una trama de suspense y una pandilla de entrañables ancianos y sus tejemanejes resultan una buena combinación.
No lo recomendaría como gran obra literaria, pero sí para quien busque distraerse con una lectura ligera y entretenida que te saca muchas sonrisas.
hace 2 años
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