Don Celestino es un anciano amargado y temeroso, un hombre insoportable. Un anarquista que ha vivido exiliado de su España natal más de veinte años. Reside con su hija en París, pero en su cabeza sigue combatiendo en la guerra civil española. Despotrica contra los titulares de los periódicos y alardea de sus hazañas del pasado. Se ha convertido en un ególatra intolerante y obsesivo; un bravucón para los demás compañeros exiliados y un tirano para su hija Pascualita. Cuando un familiar muere en Madrid y hay que resolver el asunto de una herencia, Pascualita quiere ir a España, pues al parecer se está liberalizando con los cambios de los años sesenta. Don Celestino cree que no tiene más remedio que regresar. Está lleno de avidez y de terror, pues anticipa un último enfrentamiento con sus enemigos, pero lo que encuentra en cambio, es una nueva España mercantilizada que no tiene tiempo para el pasado y mucho menos para él. O al menos eso parece. Porque el último acto vertiginoso de la vida dramática de Don Celestino demostrará que "no hay nada grave..., solo tragedia:" El caos y la noche desentraña los lazos entre la política y la paranoia, la aversión y la compasión, la rabia y el remordimiento. Es el florecimiento postrero del arte de Henry de Montherlant, un maestro moderno, solitario y escalofriante, cuya obra, admirada por Graham Greene y Albert Camus, cautivará sin duda a los lectores contemporáneos de Thomas Bernhard y Roberto Bolaño. Esta edición castellana no sólo restituye por primera vez los fragmentos censurados de la magnífica traducción ya existente, sino que además ofrece al lector, en un apéndice, los pasajes de los contemporáneos cuadernos de Montherlant que revelan algunos mecanismos internos de la novela y aspectos de su recepción crítica.